Algunas
experiencias vividas a lo largo de mi quehacer docente las cuales hasta hoy, me
han transportado a ser profesor, pero,
tal vez, sin la formación de inicio adecuada para serlo. Este constituye una
reflexión sobre el trabajo realizado en el desarrollo del que hacer docente.
Recuerdo lo que me decía mi
madre; ¡estudia una carrera corta, aunque
sea para maestro¡ hoy, con los
estudios que he realizado, con todo ese bagaje y tiempo invertido en mi preparación,
aun digo que me falta mucho para ser maestro, solo soy Docente o profe como me llaman la mayoría de
personas que actualmente me conocen, yo quisiera que me dijeran; Doctor, pero siento que es mejor el
título que las personas me han dado; El
profe, pues esto indica el respeto y el estatus que las gentes que me
conocen me han asignado, porque ellos y los alumnos son quienes observan cómo
nos comportamos, que hacemos, decimos y procedemos tanto en nuestra vida diaria
como en nuestro quehacer diario, sobre todo en un lugar pequeño como es
Tlaxcala donde la mayoría de personas, nos conocemos --pueblo chico infierno
grande--. Son ellos quienes pueden calificarnos.
Todos los estudios que he
realizado, fueron en principio, motivados para mejorar mi práctica docente, ¿lo
he logrado?; existen dos puntos de vista, el mío y como dije en el párrafo
anterior, el de los alumnos, ex-alumnos y padres de familia, algunos; actualmente
padres de mis alumnos, quienes en sus comentarios no directos, sugieren que he
fallado. Según mi punto de vista, ¡si lo he logrado! Doy un ejemplo; hoy me
encontré con un ex alumno quien después de terminar el bachillerato en el COBAT, donde yo trabajo, se fue al
extranjero becado por nueve meses, alcanzó
a verme, se detuvo me observó y me dijo: doctor
–él sabe que realicé Doctorado--, que
gusto en verlo, permítame saludarlo y agradecerle que haya sido mi profesor en
la prepa del 01 –así le llamamos al plantel- yo también lo observé y lo
recordé, - ¡ah!
tú fuiste mi alumno en el plantel 01 ¿verdad?-, si, –contestó— y me comentó
lo que anoté antes. Es decir le nació darme el título, sin o a pesar de saber
si efectivamente lo tengo, pero, si de algo le sirvió que le impartiera la
clase, la manera en que observó mi
desarrollo ante ella, le dio conocimiento suficiente para asignarme el título
de Doctor. Así también se gana el
título de Maestro. Es así cuando alcanzas es estatus de Maestro, porque has
obtenido la maestría suficiente para enseñar.
Como relaté ya en la
aventura de ser maestro, solo eres maestro cuando alguien te da
el título y no cuando terminas una licenciatura, maestría o Doctorado, de la
escuela normal o de pedagogía. Como dice Esteves en su soliloquio, se aprende a
enseñar primero por imitación, luego por prueba y error y finalmente por
convicción. Cuando estás seguro de ser docente Maestro.
Por otra parte, me he dado
cuenta que algunos ex alumnos hasta evitan saludarme, ¿qué sucedió? no lo sé,
tal vez deba ser parte de una investigación exhaustiva, la cual me permita
saber si he llegado a ser Maestro o todavía me falta trabajar mucho en ese
sentido.
De esto último estoy seguro.
Me falta recorrer mucho camino para llegar a ser Maestro, como Aristóteles,
Epicuro, Newton, Lagrange, Einstein y otros, sin ánimo de siquiera acercarme a
su proceder, a quienes ahora legiones les llaman Maestro.
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